Ayer estudiamos el modelo para innovar
de Roberto Carballo. Iniciando con una reflexión sobre la necesidad
y la escasez como motores de la innovación, y poniendo a África
como ejemplo de innovación a través de sus ritmos musicales o su
actitud emprendedora entre la máxima dificultad.
A la pregunta de ¿por qué innovar?
Podemos responder diciendo que es necesario perfeccionarse para
evitar una total dependencia, por lo que la innovación nace de la
necesidad social. La cultura a su vez, se forma de la evolución y
organización de las necesidades, vamos produciendo y perfilando
cosas que responden a esas necesidades, y lo hacemos a través de la
innovación. Sobre innovación tenemos un patrimonio ya adquirido a
través de la cultura, y que debemos mejorar.
Me resultó interesante la idea de que
es necesario enfocarse en sí mismo para conseguir calidad en lo que
hacemos. La calidad es un componente básico para innovar, y en
general, se desarrolla limitadamente. Deberíamos potenciarla a
través de filosofías como la de: “Conócete a ti mismo”, que
fue mencionada en la clase.
Otra idea destacada de la sesión de
ayer es la de que los protocolos e institucionalizaciones encorsetan
la capacidad de innovación de las personas. Para innovar hay que ir
más allá de lo que sabes, ya que la innovación surge de las
preguntas que nos hacemos sobre lo que no sabemos. Una vez activado
el mecanismo de la innovación, la actitud innovadora, el incremento
de la aceleración del proceso de innovación es exponencial y no
tiene límites más allá de la edad que vivamos. Sobre innovación,
cada vez se aprende más y más rápido.
Las normas de intercomunicación son
importantes para poder desarrollar un proceso innovador en equipo,
para ello señalamos las más importantes:
-Hablar en orden
-Practicar la escucha activa
-Tener una actitud abierta a la
opiniones de los demás, respetarlos
-Ser positivos
Carballo destacó la filosofía
japonesa de dedicar un 90% del esfuerzo a la planificación del
proyecto, y un 10% a la ejecución. La buena planificación es muy
importante para el éxito, y en el caso de España parece ser que
solemos hacerlo al revés. Tenemos mucho que aprender para poder
llamarnos innovadores. Nosotros por lo pronto seguimos trabajando en
nuestros proyectos, en mi caso en periodismo solidario, para ver si
al fin despertamos en la práctica esas capacidades innovadoras a las
que nos vamos acercando mediante la teoría.
Alba Sánchez
No hay comentarios:
Publicar un comentario