En un primer
acercamiento a las formas de la innovación, hemos aprendido a
delimitar el concepto y a no confundirlo con otros como por ejemplo creatividad.
La creatividad forma parte de la innovación pero solo es la chispa
capaz de encenderla, que de nada sirve si no se acompaña de grandes
dosis de esfuerzo y trabajo personal, así como de una
retroalimentación constante con “el otro”. La innovación
siempre implica continuidad, evolución de una idea, no es la idea en
sí.
Los sistemas
jerárquicos no son favorables a la innovación, es la democracia
interna en cualquier conjunto humano la que nos puede llevar
realmente a innovar. Escuchar a quienes rodean un proyecto innovador
implica hacerlo crecer entre todos. Escuchar es importante incluso
cuando se trata de opiniones ajenas a la idea innovadora o el
proyecto es cuestión. Nunca se sabe de dónde pueden venir nuevas
claves para la evolución innovadora, por lo que hay que estar
siempre atento y abierto a oír cualquier idea nueva.
El sentido común,
aunque pueda resultar un concepto abstracto, no deja de ser
importante para entender el concepto de innovar: ser práctico, medir
las propias fuerzas, rodearse de personas capaces de enriquecer una
idea innovadora, es básico para sacar un proyecto adelante. Esto
pasa por reconocer los propios límites, como se explicó en el
ejemplo de Amancio Ortega: una persona sin formación pero
inteligente a la hora de relacionarse con colaboradores preparados
para sacar su proyecto adelante.
En el trabajo en
grupo hemos aprendido que debemos tener el control del debate todo el
tiempo y evitar “dar vueltas” en torno a la misma idea. Para ello
se nos propuso una técnica: cuando se está insistiendo demasiado en
un tema sin posibilidad de acuerdo, es el momento de pasar a otro
tema, o al balance del que tratamos.
La síntesis de los
debates en puntos clave ayuda a clarificar los resultados del mismo.
Después de más de media hora intercambiando opiniones, todo se ve
más claro al escuchar lo hablado punto por punto, para lo que la
figura del observador es básica: recoge la memoria de trabajo y
sintetiza las ideas para retomarlas en conjunto al final de la
conversación.
El profesor habló
de “enamorarse” de un tema o de una idea como única vía para hacer algo realmente innovador, y estoy de acuerdo con ello. Se pueden aprender técnicas de
casi todo con un poco de esfuerzo personal y trabajo, pero ese
esfuerzo y ese trabajo no llegarán si no es con una gran carga de
ilusión que los empuje, y la ilusión por algo no se puede aprender.
El tema del que yo
me he “enamorado” hace ya tiempo es la regeneración del
periodismo, las nuevas fórmulas que deben explorarse para dar
solución a una crisis que afecta a los profesionales y a audiencias
desencantadas con razón. Considero que en un campo absolutamente
abierto a la innovación, y que además cuenta con un público
expectante que espera algo nuevo. El grupo de compañeros que
trabajaremos esta temática compartimos que el nuevo periodismo debe
pasar por un nuevo enfoque basado en la solidaridad, en la
información para el cambio social y el desarrollo, que aporte en
términos sociales y que satisfaga las necesidades de información de
una sociedad cada vez más solidaria. Y en ello nos disponemos a trabajar
en próximas sesiones.
Alba Sánchez
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