jueves, 6 de marzo de 2014

"Enamorarse de una idea". Sesión del 5 de marzo de 2014.

En un primer acercamiento a las formas de la innovación, hemos aprendido a delimitar el concepto y a no confundirlo con otros como por ejemplo creatividad. La creatividad forma parte de la innovación pero solo es la chispa capaz de encenderla, que de nada sirve si no se acompaña de grandes dosis de esfuerzo y trabajo personal, así como de una retroalimentación constante con “el otro”. La innovación siempre implica continuidad, evolución de una idea, no es la idea en sí.

Los sistemas jerárquicos no son favorables a la innovación, es la democracia interna en cualquier conjunto humano la que nos puede llevar realmente a innovar. Escuchar a quienes rodean un proyecto innovador implica hacerlo crecer entre todos. Escuchar es importante incluso cuando se trata de opiniones ajenas a la idea innovadora o el proyecto es cuestión. Nunca se sabe de dónde pueden venir nuevas claves para la evolución innovadora, por lo que hay que estar siempre atento y abierto a oír cualquier idea nueva.

El sentido común, aunque pueda resultar un concepto abstracto, no deja de ser importante para entender el concepto de innovar: ser práctico, medir las propias fuerzas, rodearse de personas capaces de enriquecer una idea innovadora, es básico para sacar un proyecto adelante. Esto pasa por reconocer los propios límites, como se explicó en el ejemplo de Amancio Ortega: una persona sin formación pero inteligente a la hora de relacionarse con colaboradores preparados para sacar su proyecto adelante.

En el trabajo en grupo hemos aprendido que debemos tener el control del debate todo el tiempo y evitar “dar vueltas” en torno a la misma idea. Para ello se nos propuso una técnica: cuando se está insistiendo demasiado en un tema sin posibilidad de acuerdo, es el momento de pasar a otro tema, o al balance del que tratamos.

La síntesis de los debates en puntos clave ayuda a clarificar los resultados del mismo. Después de más de media hora intercambiando opiniones, todo se ve más claro al escuchar lo hablado punto por punto, para lo que la figura del observador es básica: recoge la memoria de trabajo y sintetiza las ideas para retomarlas en conjunto al final de la conversación.

El profesor habló de “enamorarse” de un tema o de una idea como única vía para hacer algo realmente innovador, y estoy de acuerdo con ello. Se pueden aprender técnicas de casi todo con un poco de esfuerzo personal y trabajo, pero ese esfuerzo y ese trabajo no llegarán si no es con una gran carga de ilusión que los empuje, y la ilusión por algo no se puede aprender.

El tema del que yo me he “enamorado” hace ya tiempo es la regeneración del periodismo, las nuevas fórmulas que deben explorarse para dar solución a una crisis que afecta a los profesionales y a audiencias desencantadas con razón. Considero que en un campo absolutamente abierto a la innovación, y que además cuenta con un público expectante que espera algo nuevo. El grupo de compañeros que trabajaremos esta temática compartimos que el nuevo periodismo debe pasar por un nuevo enfoque basado en la solidaridad, en la información para el cambio social y el desarrollo, que aporte en términos sociales y que satisfaga las necesidades de información de una sociedad cada vez más solidaria. Y en ello nos disponemos a trabajar en próximas sesiones. 




Alba Sánchez 

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