Periodismo Humano es un buen ejemplo de nuevas formas
de periodismo basadas en valores solidarios y humanitarios.
Lo primero con lo que ha roto este nuevo medio de
comunicación es con las estructuras tradicionales del periodismo en cuando a
secciones y contenidos. Nada de “nacional”, “internacional”; “economía” o “deportes”:
sus secciones incluyen sociedad, economía, migración, mujer, en conflicto,
culturas y cooperación. Se ve que han apostado por los temas que siempre han
sido un tanto apartados por los medios tradicionales, como la realidad de mujeres,
o de inmigrantes.
Este medio apuesta por el formato multimedia que
internet facilita. Aunque predomine la redacción y la lectura, facilitan
contenidos como documentales, vídeos, fotografías, e incluso libros para
descargar. No son de elaboración propia pero son interesantes en tanto a que
implican la relación de Periodismo Humano con otros colectivos y posibilita la
creación de sinergias y de conocimiento compartido a través del medio.
Ofrecen información analítica, que no parece basada en
la inmediatez y la reproducción sino que son contenidos de elaboración propia.
Esto lleva a que la frecuencia de actualización sea menor a la de un periódico
online, pero en este caso incluso los valores clásicos del periodismo, como la
máxima actualidad, son cuestionados. No se trata de ser el primero en contarlo,
sino de ofrecer el mejor análisis.
Periodismo Humano se financia con suscriptores y
donaciones voluntarias. Desde la web no se ve publicidad explícita pero sí la
imagen de varias ONG a través de las noticias. La publicidad en este tipo de
medios debe ser cuidadosa e ir siempre en la línea de solidaridad y enfoque
alternativo en la que va el medio en sí, para que exista coherencia entre las
inquietudes del lector y los contenidos.
Estas nuevas formas de hacer periodismo cuentan con
ventajas que pueden convertirse en dificultades a su vez, si no se gestionan
correctamente. Un público más preparado y exigente de lo normal es
aparentemente el sueño de cualquier comunicador, pero exige la orientación
total hacia valores sociales y humanos de todos los contenidos de un medio de
comunicación, así como de todas las actividades que de él pudieran surgir. La
institucionalización sin ánimo de lucro sería, desde mi punto de vista, la
opción más válida para conseguir esta concordancia en un hipotético proyecto de
periodismo solidario recién nacido.
Alba Sánchez